Cofre cerrado
A medida que nos acercamos a la fecha límite del juicio, encuentro un viejo cofre cerrado en el desván. Rebuscando entre algunas cajas abandonadas, allí estaba: sucio pero cautivador. “No me había dado cuenta de que esto seguía aquí”, murmuro, abriéndolo. Dentro hay álbumes de fotos, recuerdos y un pequeño sobre cerrado dirigido a mí. “¿Qué es esto?”, me pregunto en voz alta. Mientras lo manipulo con cautela, no puedo evitar una sensación de expectación. Podría ser un componente valioso del rompecabezas.
Objetos personales
El armario está lleno de objetos personales del pasado de mi marido, entre ellos un pequeño sobre cerrado dirigido a mí. Me siento y siento un ligero temblor en las manos al abrirlo. Dentro, encuentro una carta de mi marido, escrita con su letra familiar. “Querida”, empieza, captando inmediatamente mi atención. Los pensamientos que siguen, aunque fueron escritos hace años, siguen siendo muy pertinentes. Con cautela, lo agrupo con otros documentos vitales. Podría ser la prueba que necesitamos.