Carrie Fisher
Cuando le pidieron a Carrie Fisher que repitiera su famoso papel de Princesa Leia en Star Wars: The Force Awakens, bromeó diciendo que “me habían contratado con 20 kilos menos”. La actriz, que falleció a los 60 años tras sufrir un paro cardiaco, reveló en 2014 que el papel venía con una condición: tenía que perder peso. Sin embargo, un admirador especuló en Twitter con que esta presión para adelgazar podría haber tenido un efecto perjudicial para su salud.
Christian Bale
Christian Bale es un maestro de la transformación: ha engordado, adelgazado, musculado, se ha afeitado la cabeza e incluso ha hecho ejercicios especiales para “engrosar el cuello” con el fin de satisfacer físicamente las exigencias de sus papeles cinematográficos: nada de traje de gordo ni de forzudo para este tipo. Sin embargo, Bale ha revelado recientemente que esos días podrían quedar pronto atrás. “Ahora me he vuelto un poco más aburrido, porque soy mayor y siento que si sigo haciendo lo que he hecho en el pasado, me voy a morir. Así que prefiero no morir”, dijo Bale.